martes, mayo 09, 2006

Time goes by

El tiempo pasa… ¿despacico? No precisamente. Estas últimas semanas no he tenido tiempo para sentarme tranquilamente en mi escritorio y escribir un rato. Este tercer term del Erasmus seguramente sea el que más intensamente estoy viviendo y a su vez el que más estoy disfrutando.

Me quedan menos de 2 meses todavía por aquí pero ya tengo la impresión de que se acaba mañana. My SpaceEs una sensación angustiosa; cuando has encontrado tu espacio pero sabes que tiene un fin y que después no hay nada claro. Sin embargo, ya aprendí a no traumatizarme con los futuros inciertos. Lo esencial es disfrutar este momento y hasta la fecha lo estoy consiguiendo. Ya no hay espacio en mi mentalidad para frases como “lo dejo para otra ocasión”… porque quizá no haya otra ocasión. Esta experiencia es tan relativamente corta que tienes que aprovechar cualquier momento y complacerte al máximo. Esa es la filosofía que te enseña el Erasmus.

Dejando a un lado esas reflexiones, os voy a poner un poco al día de cómo marchan las cosas por aquí.
Ya llegó la primavera y Edimburgo no parece ya Edimburgo, me lo han cambiado… pero para bien. Princes FestivalLos días ahora son eternos. Amanece a las 5 de la mañana y anochece sobre las 9. El clima ahora se ha vuelto más amable. Hasta hemos podido disfrutar de días soleados que invitaban a tumbarte en el césped del parque del campus a tomar el solecito y hacer un picnic o barbacoa. ¡Qué disfrute jugar en el césped de los campos de rugby a cualquier hora y con este tiempo! Qué placer dejarte caer en los ahora florecidos jardines de Princes, cómodo, relajado, completamente tranquilo, sintiendo una fresca brisa que acaricia tu cara mientras observas el glorioso castillo ante tus narices y piensas que no puede existir mayor goce… Son momentos que jamás pensé que llegarían. ¿Cómo iba a imaginarme que mi lluvioso y ventoso Edimburgo podría sorprenderme de tan grata manera al regresar de Semana Santa? Menuda sopresa… ¿Quién no va a disfrutar estos meses? Gracias, Edimburgo.

Y este cambio meteorológico también vino acompañado de un cambio personal que ya apuntaba maneras desde Londres. AlhambraEste term me encuentro ‘en mi salsa’, más animado, más cómodo, con más ilusión que nunca, como si esto fuera Granada y yo nunca me hubiera marchado. Gracias sobre todo a esas personas que me ayudan a conocerme, me recuerdan cómo soy, ya sea por mi curiosidad, mis gestos peculiares, mis anécdotas… esas personas que sacan lo mejor de mí, o al menos la parte de mí más auténtica y que tantas veces está apagada.
Esas personas que también me encanta descubrir y que convierten este Erasmus en algo más grande si cabe…
Pizza Hut BuffetAparte de estar más alegre, me corté el pelo, me volví a dejar la perilla de siempre y modifiqué mis hábitos alimenticios. Básicamente me propuse moderar mis comidas y pasarme a algo más sano que mis recurridas empanadas de pollo con ketchup y mis raciones diarias de muffins. Adiós a esta imagen tan común del buffet libre del Pizza Hut. Ahora me apaño a base de ensaladas, fruta, arroz, pasta y algún filete de vez en cuando. De momento perdí unos 5 Kg en estas 3 semanas. Ciertamente noto la diferencia de peso, en la cara sobre todo.

Por otro lado el proyecto sigue bien encaminado. Ahora con más presión que nunca. Dudo mucho que lo acabemos antes de finales de junio. Le pregunté al tutor si podría quedarme en julio para terminarlo y pagar mi estancia con la subvención del proyecto, pero me dijo que nanai; que no era justo que me pagara a mí y no diera algo a los franceses (que ni siquiera se ofrecieron para quedarse ese mes y organizar los preparativos y pruebas para la competición). Así que me vuelvo a casa el 28 de junio con la familia y los vecinos, que me visitarán los últimos días. ¡Vaya rutas turísticas chulas que les voy a preparar!

Y llega el momento de hablar de las fiestas…
Dejando a un lado las salidas de marcha oficiales de todo el Erasmus (Stereo, Establishment, Mood) merecen especial mención los festivales anuales de Beltane Fire y el Beer Festival de la Heriot-Watt.
El primero fue realmente impresionante. Beltane fire festivalSe celebró en Calton Hill, la colina que se encuentra al final de Princes donde se disfrutan unas vistas preciosas de la ciudad. Te permitían llevarte alcohol y vasos de plástico (el mío lo pedí en el Burger King), pero nada de botellas, de hecho antes de las escaleras que conducen a la cima colocaron una mesa con embudos y botellitas de plástico para que la gente pudiera verter todo su alcohol. Increíble.
Una vez arriba, nos tiramos en el césped e hicimos nuestro botellón particular.Beltane fire festival Qué raro me resultaba beber allí... Me recordaba a mis botellones granadinos, sustituyendo la pirámide del Hipercor por el monumento griego de Calton Hill, claro. Luego el espectáculo fue bastante llamativo. Multitud de personas pintadas y vestidas acorde con los cuatro elementos básicos de la naturaleza desfilando, bailando y jugando con antorchas. Aunque esto último es lo que cuentan. Yo estuve rodando ladera abajo mientras tanto y no recuerdo gran cosa… Sea como sea, grandioso festival.

El 22nd Beer Festival también nos sorprendió. Beer FestivalMontaron en la Union (el centro de reuniones del campus) una barra con unos 30 barriles con cervezas típicas inglesas y escocesas. Por 4 libras te daban tu vaso de pinta ‘Heriot-Watt’ (mola tenerlo) y ya podías catar las que quisieras por 50 peniques. Allí nos fuimos todos a beber cerveza y realmente fue una cata rara. No entiendo mucho de cervezas pero descubrí unos sabores que me dejaron loco. De todas los que probé me quedo con una que se llamaba ‘Independence’. Rica, rica.

Otra celebración que no podía pasar sin ser comentada fueron las cruces. Pero no las de Granada sino la que montamos aquí en el hall los granadinos. Cruces!!!Apañamos una cruz casera con vaca incluida, cocinamos unas tortillas de patatas bien ricas que no duraron ni tres segundos y preparamos dos cubos grandes de sangría (como no teníamos nada apropiado, compramos dos calderos de fregar y agotamos todas las botellas de vino marca ‘La alegría’ del Asda). Luego disfrutamos de tal manjar en el lounge bailando sevillanas (o pisoteando el suelo en mi caso). En definitiva, una fiesta española con mucho arte. Todavía guardamos la cruz en mi cocina, aunque deberíamos pensar en tirarla porque las flores llevan tiempo marchitas y da más pena que otra cosa. Por cierto, los americanos del hall alucinaron con la sangría.

Las niñas!En fin, que este term me está encantando. Son tantas historias, anécdotas, reflexiones… que me parece complicado poder escribirlas todas. Quizá con dos palabras pueda expresar mi conclusión: Carpe Diem.

Os dejo con un dibujo muy mono que hizo Anna la otra noche en el karaoke donde aparecen mis niñas, las Frankettes. Cómo las quiero…

¡Nos vemos!