lunes, enero 23, 2006

Highlands

Pues sí, este fin de semana nos escapamos a las Highlands. Ya iba siendo hora. Una locura de viaje, planeado en apenas un día, pero ya se sabe el dicho de que los viajes peor preparados, luego resultan ser los mejores, y este desde luego que fue una pasada.

Decidimos visitar de una vez por todas las Highlands, el norte de Escocia; al menos lo más significativo: Amos que nos vamos!Skye Island, Loch Ness e Inverness.
Alquilamos 4 coches, nos distribuimos 5 personas por coche y para allá nos escapamos el sábado bien temprano ¡20 erasmus! Yo iba en uno de los coches más variados: con Johann, Ben, Enrico y David: 2 franceses, 2 españoles y 1 italiano, sin duda, unos magníficos compañeros para el largo viaje. Toma casi unas 6 horas llegar desde Edimburgo hasta Skye Island pero amenizamos el camino con Queen, Red Hot Chili Peppers, Beatles, Coldplay o Cranberries. Había que ver el ritmo que llevaba nuestro coche dando botes con Bohemian Rhapsody…

ObanPrimera parada: Oban. Una apacible localidad costera enclavada en una encantadora bahía. Tiempo para tomar un café, o un chocolate caliente en mi caso. Es increíble cómo se puede llenar una pequeña cafetería con 20 personas. Nos faltó sentarnos en las paredes. Las camareras alucinando.
Luego momento foto en el puerto; maravilloso el paisaje marítimo, pero todavía no habíamos visto nada…

Continuamos nuestra ruta hacia el norte por carreteras desiertas; parecía que nos adentrábamos en territorio abandonado. Nos quedamos con la boca abierta al comprobar el fastuoso paisaje que aparecía ante nuestros ojos. Montañas gigantes y majestuosos picos nevados bañados por lagos interminables y valles preciosos. Imágenes para guardar en el recuerdo. En estos emplazamientos se rodaron escenas de Braveheart según leí en la guía de Lonely planet.Skye island
Siguiente parada: Fort Williams, ciudad a las orillas del lago Linnhe y donde se alza el Ben Nevis, el pico más alto de Gran Bretaña. Meadita de turno y continuamos dirección Skye Island.
Cruzamos por fin el puente que lleva a la isla y nos quedamos embobados con la inmensidad del terreno. El contraste geológico continúa siendo impresionante. Nos encontrábamos a la derecha bosques frondosos con altos pinos rodeados de agua por doquier mientras que a la izquierda se extendían vastos valles desiertos desde los que crecían de repente elevadas cordilleras. Paisajes de infarto.

Skye IslandTras devorar los sándwiches y provisiones en una diminuta aldea con una impresionante playa de roca escarpada, nos adentramos hacia el norte de la isla hasta llegar a la pacífica ciudad de Portree, cuyo puerto es realmente encantador, con las casas pintadas de alegres colores y sus magníficas vistas de las colinas circundantes. Es la población más grande de Skye, pero realmente allí vimos a 4 gatos. Entramos en un pub y nos tomamos una pinta animados por algunos músicos que le daban al local ese tono escocés que no puede faltar.

Partimos rumbo al hostal que habíamos reservado, en Kyleakin, al lado del puerte. Allí nos plantamos los 20. Invasión erasmus. Haggis!!El hostal para nosotros solos. Ocupamos las escasas habitaciones y nos dejamos caer en las sillas del albergue. Algunos decidimos cenar en un restaurante cercano típica comida escocesa y yo me pedí el plato de “Haggis with Bashed Neeps and Champit Tatties”. Aquello resultó ser una mezcla extraña entre puré de patatas revuelto con albondigas de extraña carne trituradas, tremendamente empachoso e indigesto. De hecho esa noche y el día siguiente lo pasé francamente mal con diarrea y continuas visitas al amigo Mr. Rock.

Continuó la noche liándola en el albergue: bebida, juegos, alcohol, visitas en las habitaciones, un jaleo increíble y mucho movimiento de camas, de hecho uno de los palos de mi litera y la de Javi se partió. Yo no sé cómo no nos echaron…

Pero eso qué es? Domingo por la mañana. Algunos dormimos poco, en general caras de cansancio. Salimos del hostal bien temprano y decimos adiós a Skye Island mientras cruzamos el puente y en una de las praderas cercanas nos encontramos de repente con unos misteriosos animales. Yo creo que eran una especie de vacas locas. Juzgad vosotros mismos. Merecían una foto, cómo no.

Siguiente destino: Fort Augustus, un diminuto pueblo sin cafeterías, donde pudimos contemplar por fin Loch Ness¡El lago Ness! El oscuro, profundo y angosto loch Ness, con sus 37 Km. y sus gélidas aguas, aunque algunos intrépidos se dieron un baño. Increíble, pero cierto. David, Jean Paul, tenéis mi absoluta admiración.
El lago en sí impresiona, aunque a estas alturas del viaje ya habíamos visto muchos lagos y quizá en parte me decepcionó un poco. El único monstruo que vi allí fue una réplica construida con cuerdas y aluminio que tienen en la ciudad de decoración, al lado de las esclusas que desembocan en el canal. Nos hicimos la foto de rigor, compramos provisiones para el almuerzo y continuamos por la costa rumbo Inverness.

Urquhart CastlePasamos por la complicadamente llamada ciudad de Drumnadrochit y llegamos al impronunciable castillo de Urquhart, o lo que queda de él, porque realmente aquello son ruinas. Tras comprobar el descomunal precio de la entrada, le hicimos un par de fotos y se pudo dar por satisfecho. Sin embargo, la maravillosa panorámica de la fortaleza con el lago de fondo es realmente fascinante.


InvernessPor fin llegamos a la helada ciudad de Inverness, capital de las Highlands, emplazada sobre ambas riveras del río Ness. Tiempo aquí de prepararnos unos ligeros sándwich de jamón con mayonesa y darnos una vuelta para subir al castillo de la ciudad, parodiar la estatua de una tal Flora MacDonald con su perro, que seguramente se llamaría Big Mac y también congelarnos de paso, porque ¡vaya viento más frío que hacía en esa ciudad!

Ver para creerNo obstante, realmente es una ciudad preciosa. Estuvimos paseando al lado del río y vimos la monumental catedral de St. Andrews. De todos modos, si algo nos llamó poderosamente la atención no fue el castillo, ni siquiera la catedral o el dichoso frío, nos quedamos estupefactos al encontrar este local. ¡La tortilla Asesina! ¡Un restaurante de tapas español en mitad de Inverness! Momento foto, obviamente.

Nairn beachSe precipitó la tarde y decidimos apresurar y visitar la costa más cercana, en Nairn. Llegamos casi a oscuras, pero pudimos comprobar la estupenda playa de arena y competir tirando piedras. Lo intente como lo intente nunca he logrado que dé más de 2 botes… Una bonita foto con la puesta de sol sirvió para dar por concluida nuestra ruta turística por las Highlands.

Nos esperaban unas 5 horas y media de viaje en coche, incluyendo sustos por seguir rutas equivocadas. Al final nos alegramos enormemente de cruzar el puente que conecta la zona norte con Edimburgo. Estábamos en casa.