viernes, junio 09, 2006

Trips

Llevaba tiempo queriendo describir algunas de las ciudades que visité este año y por fin colgué las fotos que tanto anhelaba. Advertencia: Post Extralargo.

Amsterdam

En Semana Santa aproveché para visitar Amsterdam acompañado del intrépido Juan y la dulce Lidia. Todo el mundo habla maravillas de esta ciudad y efectivamente nos encantó.

AmsterdamImpacta desde el primer momento la cantidad de gente circulando en bici. Nos quedamos atónitos por ejemplo al ver un parking de 3 plantas exclusivo de bicicletas que estaba lleno. Si a esto le sumamos que también usan tranvía, se comprende que cruzar una calle se convierta en una pesadilla con tantos carriles y semáforos.

Sorprende también la estructura urbana. Todos los canales y calles se expanden formando circulos que parten de la Central Station, que realmente es el eje de la ciudad.

El contraste de barrios es increíble. Amsterdam CanalPaseas tranquilamente por una calle observando esas casitas de tejado puntiagudo con polea indispensable tan características y de repente cuando giras una esquina te encuentras de repente en una calle de la perversión y la lujuria (como las bauticé durante el viaje) llenas de sex shops, cines X y coffee shops, que no hay que confundir con cafeterías ya que se trata de bares donde venden material que aquí no está muy bien visto.

Impacta la forma tan natural en la que este tipo de locales se han integrado con el resto de la ciudad. Mención aparte para el barrio rojo. Uno entra allí y no termina de creerse lo que está ocurriendo en los escaparates. Además, nos atracaron mientras paseábamos atónitos. Fueron sólo 10 euros, pero vaya imagen se nos quedó de aquel barrio... Simplemente no hay palabras.

Leaning HouseOtras impresiones de Amsterdam: Nos resultaron preciosos el mercado de las flores y la plaza de Rembrandt. Nos llamaron la atención la cantidad de casitas enclavadas a la orilla de los canales que estaban inclinadas así como los puestos con esa gran variedad de quesos de bola de colores. Y por supuesto, los tulipanes nos alucinaron, nunca mejor dicho. En definitiva, una ciudad para no olvidar.


Rotterdam

Completamente diferente a Amsterdam. Nos resultó mucho más industrial, además de moderna, con elevados edificios de diseño vanguardista.

Erasmo de RotterdamTenía un interés especial porque quería encontrar la estatua de Erasmo de Rotterdam, el artífice de esta aventura en la que me encuentro. Para ser el máximo exponente de esa ciudad nos defraudó lo abandonada y escondida que tenían su estatua, aunque descubrimos en la inscripción que su nombre de pila era Desiderio. No te olvidaré nunca, Desiderio Erasmo.

Decidimos acercarnos a la universidad, llamada Erasmus Center y resultó ser un robusto edificio repleto de laboratorios donde nos quedamos 1 hora atrapados sin saber encontrar la salida. Rotterdam MallUna vez que escapamos de aquel cuartel, visitamos la zona del puerto, repleta de lujosos barcos atracados y caminamos a lo largo del paseo marítimo, bastante tranquilo.
Llegamos al fin a la zona centro. Plagada de centros comerciales. Nos encantó uno donde las tiendas se distribuían por debajo de las aceras y se comunicaba por escaleras mecánicas. Estaba completamente decorado con motivos florales y las farolas eran margaritas gigantes. Aquí nos comimos uno de los dulces típicos holandeses: los poffertjes, unos bollitos calientes que se acompañan bañados de azúcar glass y mantequilla. Deliciosos, pero muy empalagosos.


Glasgow

La he visitado varias veces y me resulta completamente diferente de Edimburgo, aunque las dos ciudades disten apenas 45 Km. Se trata de la ciudad más grande de toda Escocia (aunque la capital es Edimburgo). Glasgow CathedralLa primera impresión al salir de la estación de autobuses y observar las largas avenidas de llamativos rótulos, suntuosos escaparates y muchedumbres cargando con bolsas es “qué ciudad más comercial” porque efectivamente, esta ciudad tiene un ritmo loco de vida. Prefiero la tranquilidad de Edimburgo. Además que no tiene demasiados monumentos históricos. Destaca la oscura catedral y la plaza de St. George, donde se encuentra el ayuntamiento.

River Clyde in GlasgowSi algo me gustó especialmente fue caminar a lo largo del río Clyde hasta el elegante observatorio de física y el espectacular armadillo donde se celebran los conciertos, ambos edificios son impresionantes.
Destacar también el rastro de Glasgow, llamado Barras, que todos los fines de semana se inunda de puestos callejeros y se convierte en un mercadillo gigante donde se pueden encontrar desde discos de vinilo de los Beatles hasta trajes de luces. Eso sí, no recomendaría andar de noche por allí.

Newcastle

A tan sólo 2 horas y media en autobús desde Edimburgo, la impresión que me quedó de ella fue de ciudad industrial. El centro atiborrado de galerías comerciales y las afueras saturadas de fábricas.

Si algo nos cautivó nada más llegar a la ciudad fueron los puentes sobre el río Tyne, en concreto el ‘Gateshead Millennium’,Newcastle Theatre un ejemplo maravilloso de diseño moderno. No perdimos la oportunidad de visitar ‘Laing Art Gallery’, una galería de pintura renacentista que se encontraba en una plaza donde los bancos aparecían arrancados literalmente del suelo y el ‘Baltic Centre’, un museo de arte contemporáneo con exposiciones realmente originales. No olvidaré la del tunel del tiempo y el espacio: Un tubo gigante forrado de periódico con televisiones incrustadas que emitían canales de todo el mundo. Pasmado me quedé al ver a Juan y Medio en una de ellas…

Newcastle BridgeTampoco desaprovechamos la ocasión de subirnos a uno de los puentes principales para hacer el ganso un rato, entrar en el colosal auditorio SAGE de la música, contemplar la catedral de S. Nicolás, visitar el precioso campus de la universidad de Newcastle, el típico portalón del barrio chino, el diminuto castillo que da nombre a la ciudad y que básicamente son 4 torretas pegadas o comprar un pastel que sabía a piruleta…


Dublín

El pasado finde hice una escapadita a Irlanda con David para visitar las capitales de la isla: Dublín y Belfast. Estaré siempre agradecido a Alex, por su hospitalidad al acogernos en su piso.

La primera es sin duda la ciudad más verde que he visto en mi vida. Todas las viviendas de las barrios residenciales de las afueras tenían jardines o al menos un parque enorme a la vuelta de la esquina. Wilde StatueEn el centro por ejemplo nos encontrábamos parques gigantes como Merrion, donde localizamos una simpática estatua de Oscar Wilde, o St. Stephen Park, donde tuvimos la suerte de tomar el sol un rato (aquí es raro que no llueva). En sus inmediaciones localizamos algunas de las más importantes casas georgianas con sus características puertas en vivos colores. Dato curioso: Reconocimos la calle en la que U2 grabó el videoclip de ‘Sweetest Thing’: Merrion Street.

Trinity CollegeEn cuanto a construcciones llamativas nos impactó la moderna Spire, una aguja de acero inoxidable de 120 metros de altura visible desde toda la ciudad, construido a modo de símbolo de la ciudad con motivo de la llegada del nuevo milenio, así como el imponente edificio del ‘Bank of Ireland’ y la preciosa (y cara) universidad ‘Trinity College’, donde se encuentra el famoso libro de Kells, origen de la cultura irlandesa.

Grafton Street, DublinUn paseo por la rebosante y céntrica calle Grafton Street nos mostraba que Dublín es una ciudad genuinamente cosmopolita con multitud de personas abriéndose paso a duras penas; Como debería ocurrir con la capital de un país. Justo a un paso encontramos el ayuntamiento, con otra estatua del héroe local O’Connell y las bonitas catedrales de Christchurch y St Patrick, otro de los ídolos irlandeses.

The Temple BarTras atravesar las murallas del peculiar castillo de Dublín, entramos en Temple Bar, el barrio con más pubs de la ciudad y que toma nombre de uno de los bares más antiguos de toda Irlanda donde tuvimos el honor de probar una auténtica Guinness con blackcurrant. Más tarde entramos en otro con música en directo donde tocaban temas típicos de la marcha de la isla: The Killers, Frank Ferdinanz... esa música que asociaré toda mi vida al Erasmus.

River LiffeyTerminamos el día con una anécdota curiosa. Cuando cruzamos el puente sobre el río Liffey nos llevamos una sorpresa al descubrirlo lleno de patitos de goma. Se trataba de un record Guinness; el mayor número de patitos de goma en una carrera en un río. Desde una barca lanzaban algunos de ellos y pudimos coger unos cuantos (disputándolos con los irlandeses como si fueran caramelos en una cabalgata de reyes magos). Un recuerdo majico, como diría David.


Belfast

La Belfast City Hallúltima ciudad que visité y una de las que más me ha impactado. No es que Belfast tenga impresionantes monumentos o plazas. Realmente lo más destacable es exclusivamente el gigantesco ayuntamiento en pleno centro y la catedral de St. Anne, con la cruz céltica más grande de Irlanda. Ni siquiera el reloj conmemorativo de St. Albert, el área de la flamante Queen’s University o la zona portuaria que se regocija por haber construido el Titanic son tremendamente atractivos.

Si Mural in Belfastalgo llama la atención en esa ciudad es la tensión y el ambiente que se vive entre los barrios protestantes y católicos. Un conflicto histórico que ha dejado huella. El aparentemente moderno y reconstruido centro urbano no puede ocultar la ruina y pobreza de los barrios marginales de las afueras. Barrios donde las banderas de Irlanda e Inglaterra ondean orgullosamente y el arte callejero de los murales políticos se ha convertido en el mayor reclamo. Anduvimos por estos barrios con una sensación angustiosa y atravesamos la peaceline, la barrera que separa ambos barrios y que se cierra cada noche. Triste, pero cierto.

Datos curiosos: En Irlanda las rotondas tienen nombre y no necesitas reloj de pulsera si paseas por la calle: Les encanta colocar relojes en cualquier torre o edificio.

Y eso es todo a grandes rasgos. Podría extenderme más, pero creo que veo a alguien roncando allí al fondo.

¡Nos vemos!