Scottish Lifestyle
Tercera semana del Segundo trimestre. Tras un arranque del año acelerado por fin encontré unos días de descanso en los que la rutina volvió a aparecer. La verdad es que me hacía falta algo de calma, tiempo para volver a configurar mis esquemas y para darle a cada circunstancia el peso que se merece. Porque desgraciadamente cuando un pensamiento preocupante o sentimiento desafortunado te invade, no puedes evitar a veces que también afecte a tu personalidad. He estado apático y decaído durante mucho tiempo y además he hecho cosas de las que ahora me arrepiento. Comportamientos que luego no puedes parar de reprocharte y que sólo sirven para afirmar delante del espejo “Fran, ¿qué estás haciendo?, tú no eres así”.
Sin embargo creo que ya he despertado de estas pesadillas que me acosan. Procuro motivarme y olvidar estúpidas frustraciones que no me reporten ningún beneficio personal, aunque resulta complicado. El viaje a las Highlands supuso un punto y aparte. Ahora irrumpe el estilo de vida Erasmus: Las fiestas buenas, el deporte sano, los paseos por la ciudad, las compras de turno; quiero volver a sentirme absorbido por el proyecto, por raro que parezca. Además, me apunté a unas clases de inglés para el Advanced que me están resultando bastante intensivas pero también gratificantes. Sin duda el inglés es uno de los mayores alicientes que encuentro aquí. Me encanta construir oraciones en mi cabeza en inglés o escuchar alguna conversación entre escoceses y confirmar que al menos entendí un fragmento. Se ha convertido en algo familiar y placentero.
Hay algunas expresiones que no puedes evitar tener siempre en la boca, como ‘sorry’ o ‘excuse me’. Se me ha pegado a base de verlo en vivo y directo. Todos los escoceses son tremendamente educados y en el supermercado están siempre pidiendo disculpas incluso si te rozan el abrigo o chocan apenas el carro. En Granada estas navidades se me escapaba irremediablemente ‘sorry’ por cualquier tontería. Situaciones insignificantes que realmente no merecían una disculpa. Esa cortesía escocesa me tiene cautivado. Incluso los guardas de las discotecas, cuando echan a la gente a la calle, ya sea por armar escándalo, resultar sospechosos o quedarse dormidos, lo hacen con toda la educación del mundo sin usar la fuerza física. Te acompañan gentilmente a la puerta, te dan una palmadita en la espalda y te dicen “Pero vuelve mañana”. Verídico.
Esta confianza en la honradez de la gente me tiene fascinado. Una anécdota que ya he contado alguna vez por Granada y que me dejó con la boca abierta confirma esta regla. Paseando por el aeropuerto de Edimburgo, haciendo tiempo para la hora de embarque, entré en una tienda con frigoríficos de comida rápida. Cogí uno de esos sándwiches fríos y me dispuse a pagarlo, pero no había nadie tras la barra. Pensaba volver a colocarlo pero de repente me fijé en un plato que había sobre el mostrador, con ¡monedas y billetes! Supuse entonces que tú mismo podías pagar y coger el cambio. Así lo hice y salí de allí completamente alucinado, sin creer que pudiera existir algo así. Lo primero que piensas entonces es “Anda que iba a durar mucho una tienda así en Granada…”.
Pero si por algo se caracterizan los escoceses es por su extremada preocupación por la seguridad. En cualquier local, residencia o edificio encuentras perfectamente indicaciones sobre la localización de las salidas de emergencia e incluso puedes toparte con carteles que simplemente te recuerdan la importancia de cerrar el coche y ocultar objetos de valor en un parking. Yo al menos no he visto nunca en España paneles con algo tan evidente. Aunque cierto es que se agradece; sobre todo los que sean despistados.
Creo que poca gente se para a leerlos así que como tienen que estar bien seguros de que todo el mundo esté enterado, colocan más carteles en cada habitación. Yo tengo estos pegados en la puerta. Pero como sigue siendo insuficiente, preparan simulacros de incendios a las 7 de la mañana cada dos meses para que todos los erasmus sepamos que cuando suena la dichosa alarma, tenemos que desalojar la habitación y andar hasta el área de seguridad más cercana. Creo que no soy el único a estas alturas que ha terminado aborreciendo dicha alarma… Hace no mucho desalojaron la residencia a las 12 de la mañana simplemente porque se había ido la luz en el campus y tenían que investigar. No pudimos volver hasta las 9 de la noche. Para compensarnos, repartieron cena gratis en el comedor de la universidad; de forma que allí me planté para degustar todos los platos y no me privé de repetir hasta 3 veces. Ya me conocéis…
Supongo que aunque vayas conduciendo y no prestes atención especial a estas letras, inconscientemente es posible que surtan efecto y dejes de pisar tanto el acelerador. Lo encuentro útil, vaya. Otras señales originales son las informativas de limitación de velocidad, como esta que encontré por el campus. Lo que me resulta curioso es la expresión. Traducido sería algo así como “20 es más que suficiente”. En España creo que nunca vi señales así. El hecho de expresarlo de esa forma la convierte en una señal entrañable, ¿no?
Aquí me planto. ¡Nos vemos!
lunes, enero 23, 2006
Highlands
Decidimos visitar de una vez por todas las Highlands, el norte de Escocia; al menos lo más significativo:

Alquilamos 4 coches, nos distribuimos 5 personas por coche y para allá nos escapamos el sábado bien temprano ¡20 erasmus! Yo iba en uno de los coches más variados: con Johann, Ben, Enrico y David: 2 franceses, 2 españoles y 1 italiano, sin duda, unos magníficos compañeros para el largo viaje. Toma casi unas 6 horas llegar desde Edimburgo hasta Skye Island pero amenizamos el camino con Queen, Red Hot Chili Peppers, Beatles, Coldplay o Cranberries. Había que ver el ritmo que llevaba nuestro coche dando botes con Bohemian Rhapsody…

Luego momento foto en el puerto; maravilloso el paisaje marítimo, pero todavía no habíamos visto nada…
Continuamos nuestra ruta hacia el norte por carreteras desiertas; parecía que nos adentrábamos en territorio abandonado. Nos quedamos con la boca abierta al comprobar el fastuoso paisaje que aparecía ante nuestros ojos. Montañas gigantes y majestuosos picos nevados bañados por lagos interminables y valles preciosos. Imágenes para guardar en el recuerdo. En estos emplazamientos se rodaron escenas de Braveheart según leí en la guía de Lonely planet.

Siguiente parada: Fort Williams, ciudad a las orillas del lago Linnhe y donde se alza el Ben Nevis, el pico más alto de Gran Bretaña. Meadita de turno y continuamos dirección Skye Island.
Cruzamos por fin el puente que lleva a la isla y nos quedamos embobados con la inmensidad del terreno. El contraste geológico continúa siendo impresionante. Nos encontrábamos a la derecha bosques frondosos con altos pinos rodeados de agua por doquier mientras que a la izquierda se extendían vastos valles desiertos desde los que crecían de repente elevadas cordilleras. Paisajes de infarto.

Partimos rumbo al hostal que habíamos reservado, en Kyleakin, al lado del puerte. Allí nos plantamos los 20. Invasión erasmus.

Continuó la noche liándola en el albergue: bebida, juegos, alcohol, visitas en las habitaciones, un jaleo increíble y mucho movimiento de camas, de hecho uno de los palos de mi litera y la de Javi se partió. Yo no sé cómo no nos echaron…

Siguiente destino: Fort Augustus, un diminuto pueblo sin cafeterías, donde pudimos contemplar por fin

El lago en sí impresiona, aunque a estas alturas del viaje ya habíamos visto muchos lagos y quizá en parte me decepcionó un poco. El único monstruo que vi allí fue una réplica construida con cuerdas y aluminio que tienen en la ciudad de decoración, al lado de las esclusas que desembocan en el canal. Nos hicimos la foto de rigor, compramos provisiones para el almuerzo y continuamos por la costa rumbo Inverness.




Nos esperaban unas 5 horas y media de viaje en coche, incluyendo sustos por seguir rutas equivocadas. Al final nos alegramos enormemente de cruzar el puente que conecta la zona norte con Edimburgo. Estábamos en casa.
domingo, enero 15, 2006
Changes
¡Feliz año nuevo!
Lo cierto es que tenía muchas ganas de quedar con los amigos; de que me pusieran al día, de volver a las conversaciones, cotilleos y juegos de siempre; pero lamentablemente a muchos de ellos no pude verlos como me hubiera gustado. Tampoco cumplí muchos de mis planes, como subir a la sierra o visitar la dichosa Mae West, de la que todo el mundo habla.
Por fin me devolvieron el portátil, pocos días antes de venirme. Tanto jaleo que montaron poniendo pegas sobre la reparación, devolución o posible cambio de modelo para al final simplemente reemplazarle al monitor el filtro del tft…
Ya estoy de vuelta por tierras escocesas. Una bienvenida calurosa y eufórica me devolvió a la mentalidad Erasmus.

Segundo trimestre de Erasmus y por lo que cuentan, el mejor junto con el tercero. El primero fue la toma de contacto, la sorpresa, la innovación, el “madre mía, dónde me he metido”,

Ahora viene lo bueno. Una vez que se supone que controlas los gastos, las compras, conoces la movida y te medio manejas en la cocina, sólo cabe disfrutar a tope y descubrir nuevos lugares.

De momento, el ritmo está siendo frenético. Había olvidado cuánta marcha había aquí. 4 días seguidos saliendo y se nota que regresé ‘desentrenado’ de Granada.

Otra cosa que también parece que he olvidado es el inglés. Compruebo que me vuelve a costar expresarme y usar vocabulario que en noviembre dominaba y expresaba con flexibilidad. Es increíble lo rápido que pierdes una costumbre si cambias de hábitos y lugares, como la siesta, por ejemplo, que creo que será difícil que vuelva a recuperarla…
Por otro lado esta vez traje conmigo la cámara de fotos y ya aproveché para hacer fotos de algunos lugares tremendamente pintorescos del campus.

Más cosas… para los que me preguntaron por el sónar, que tantos quebraderos de cabeza me ha dado; Por fin hablé con mi tutor y me informó que la pieza de recambio del cabezal apenas ha costado unas 70 libras. Simplemente tendré que volver a ajustarla… Un peso quitado de encima, aunque me sigue sorprendiendo lo mucho que me rabiaron. Incluso llegué a pensar seriamente que podían expulsarme… El tutor además nos comentó a Javi y a mí que espera que este trimestre trabajemos más porque está un tanto decepcionado y quiere discutir nuestros métodos... así que también toca currar bastante con el proyecto
En fin, lo dejo aquí por hoy. No me gustaría perder el ritmo de publicar una vez por semana. Ya veremos...
¡Nos vemos!